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Compás de espera, Editora Alción (Argentina)

 

 

En compás de espera 

 

Por Enrique Foffani

 

 

Un libro sobre la experiencia de la Guerra de las Malvinas que Daniel Calabrese decide titular con una referencia a la música: Compás de espera, el tiempo del compás que se suspende en silencio unos segundos a la espera del próximo. Sin embargo, como en el famoso relato borgeano, El milagro secreto, aquí podría durar toda una vida. El título lo hace existir y la pasión que lo inventa es doble: la espera del soldado por entrar al campo de batalla y la espera de la escritura del libro donde “la guerra es otro género literario”.

La sutileza para resolver cuestiones poéticas, la composición de un verso nítido y certero como un dardo, la puesta en escena de situaciones íntimas y despiadadas con un lenguaje inteligente –por momentos irónico–, el dominio de un soliloquio cuyo límite inexistente comprende la vida misma y la constante reflexión sobre lo escrito (mise en abyme: un poema dice que Compás de espera se está escribiendo) son instancias que revelan en Calabrese un poeta lúcido, consciente de lo que las palabras pueden ofrecerle, que nunca es todo.

La espera es el tiempo sagrado, expuesto a la inminencia del acontecimiento. Quizás, bajo esa lucidez inquebrantable, Compás de espera no tenga fin: “Este es un libro que no termina”, reza un verso. Sin patetismo, con precisión, poco amigo de la ambigüedad, es uno de los libros sobre la guerra menos autocomplacientes y más humildes en el instante de encontrarse cara a cara con el dolor.

         

Tapa "Compás de espera"

Compás de espera, Editora Alción (Argentina)

 

 

La decisión de escribir un libro 

 

Por Claudio LoMenzo

 

 

"Después de mucho tiempo,/ tomé la decisión de escribir un libro/ titulado Compás de espera/ con uno de esos cuchillos".

Así escribe Daniel Calabrese, y con uno bien afilado se interna en la memoria para develarnos el dolor de la guerra.

 

En este libro la memoria es un forcejeo con el olvido a punta de cuchillo, sin contemplaciones. Abrir heridas y seguir por el cauce del río de esa sangre que nunca va a parar de fluir. Daniel dice que está basado en parte en su biografía, por lo tanto en esa guerra estuvo más cerca que todos nosotros, y a leer el poemario sabemos que no fue una sola. Todos sus combates están en estos poemas, y para quiénes formamos parte de esa generación, sentimos ese cuchillo horadar la carne y llegar al hueso de cada una de nuestras vidas. "Sabe que la guerra tendrá siempre/ el mismo resultado:/ ganará la muerte, quién más". Y sabe además que "los muertos fueron 649/ y yo/ que no sé nada de mí".

No le pregunté, pero entiendo que es un poemario escrito a la par de los años. Su universo sigue ahí latente, asfixiante, y a la vez se conjuga con nuestras pulsaciones. Algunas preguntas maduraron en el dolor, otras indagan nuevas oscuridades, pero lo hace siempre entre profundidades.

Su lenguaje es implacable, solamente no pudo acertar cuando le disparó a la nada, pero la tuvo en la mira todo el tiempo, también al miedo, al dolor y a esa muerte a veces escurridiza y otras tan letal. Prefirió no escribir la palabras Malvinas en ningún verso, tal vez porque ya está tatuada, está presente y es determinante para cada uno de nosotros.

Un gran libro de Calabrese que hay que leer, no informa, tampoco tiene prisa, emociona, conlleva verdades: palabras de poeta.

Portada "Compás de espera"
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