Textos escogidos
Futura Ceniza
Cuesta abajo
Por eso entré en este sueño:
mudo gris sur polvo cielo.
Alguien dice: te necesito
y cae.
Mientras los buscadores de palabras
se disputan una luna oxidada,
una perla ebria de silencio.
Conocimiento
Escuché el sonido de unas palabras
recortadas en la sombra.
Es la sangre que abandona el paraíso
y toma la forma de este río que habla.
Golpeado por un sol antiguo,
en ese lugar donde anoche mismo
se arrastraba una luna poderosa,
qué puedo saber yo
si apenas
soy un cuerpo de agua
secándose lentamente
sobre este lecho de piedras.
El punto fijo
Se internaron antes que yo
en la vida de las palabras
buscando el origen, el fin,
la causa y el objeto.
Pero regresaron ciegos.
De modo que si hallaron la verdad
solo pudieron comunicar la duda.
Habrá más oportunidades.
El sol ha vuelto a cruzar nuestra vida hoy
y el tiempo no destruye todo
con la misma prisa.
Por eso estoy sobre la roca,
una de sus demoras prodigiosas,
esperando.
Apogeo
Fundaría Roma.
Fundaría Nínive en la mesopotamia
que encierran sus piernas.
Ella y un eclipse
que oscurecerá su espalda
de un momento a otro.
Ella y la lejana Antares
brillando en el Pacífico.
Su dolor es un sueño antiguo
donde viven las aves que cruzaron la guerra.
Ella una promesa de rocas,
el rumor de un cielo sordo.
Bajo la luz de su lámpara
soñamos con las peores tormentas del sol.
A Ella no
Ya no la veré
Ya no la veré
con su alegría reconstituida/ más.
Vida circular
El Norte puede estar aquí o allá,
difuminado bajo el polvo.
Un rumbo es cualquier rumbo.
Bajo la luz sangrienta,
La línea férrea dobla
como una mujer
y busca el Sur.
Alguien avanza olvidándose de todo.
Un animal acostumbrado a lo peor
que solo piensa acariciar
algunas paredes con la sombra
y espera una caída brusca, tal vez.
Pero ningún sitio reclama sus huesos,
ningún oído el ruido torpe
de sus palabras.
El frío está bajando de la montaña
y agusana poco a poco el caserío.
Aquí se atascaron los besos por la sequía.
La tristeza, que empieza por los ojos,
ya llegó hasta las piernas.
Todos los rumbos son ninguno.
Alguien avanza olvidándose de todo
y le deja a la vida
un rastro circular.
El rastro
Envuelto en su recuerdo
viajo de noche con la marcha
difusa de la cacería.
Ella no aguanta el olor de la pólvora
ni el ruido de los jinetes que llevan
el sudor pegado a la piel
cuando la niebla se llena de víctimas.
No soporta la carne blanca,
nudosa, que se debate
ni a los ojos del cuerpo cerrándose
en convicciones dolorosas.
Ni a un vacío lleno de leones vacíos.
Ni a su cuerda de gritar encadenada
por el óxido circular de la moral/ No.
Contemplación
De la guitarra encendida
cae y se disipa una ceniza
de canción invernal.
Como ese río que gime
y se lleva de a poco
el color de los cerros.
Podría entrar en la mirada inocente
del poblador que saluda al tren.
Podría hacer la historia del sol
con una vela.
Pero solo soy alguno
que se deja abandonar bajo las luces
que perforan la noche.

